Jueves, 31 de Mayo del 2018

Y luego de los parciales, ¿cómo podemos acompañar a nuestros alumnos?

En esta nota encontrarás pautas para guiar a nuestros estudiantes a lograr sus metas de aprendizaje, desde la retroalimentación hasta el acompañamiento emocional. 

El periodo de evaluaciones es una etapa crucial en la identificación de fortalezas y oportunidades de desarrollo para nuestros alumnos. Sin embargo, la tensión y el estrés juegan en contra en este periodo y la evaluación pasa a interpretarse como un calificativo personal. Es ahí donde decae la autoconfianza. 

Incluso, en medio del desgaste emocional, el alumno puede llegar a cometer prácticas contra la integridad académica que afectarán su formación. En este complejo escenario, ¿qué estrategias puede aplicar el docente? 

Identificando oportunidades

Mónica Tapia, analista del Área de Formación Docente del Instituto de Docencia Universitaria (IDU), nos brinda algunos tips para ayudar a nuestros estudiantes a identificar sus puntos de mejora y lograr las metas de aprendizaje:

La retroalimentación debe ser constructiva, no solo indicar en qué pueden mejorar los alumnos, sino también brindar ideas y estrategias sobre cómo hacerlo. Además, debe ser frecuente, oportuna, personalizada y positiva, destacando los logros, esfuerzos y no solo sus áreas de mejora”.

Mónica Tapia

Analista del Área de Formación Docente del Instituto de Docencia Universitaria

Acompañamiento integral

Para Rocío Espinel, directora de la Dirección de Asuntos Estudiantiles (DAES), la retroalimentación a nuestros alumnos es muy importante y fundamental en una mirada de bienestar emocional.

Luego de los exámenes y,  a partir de los indicadores de evaluación, no hay que hablar de los errores de manera aislada, sino como una oportunidad que se da al estudiante para seguir mejorando su rendimiento”.

Rocío Espinel

Directora de la Dirección de Asuntos Estudiantiles

En esa línea, recomienda tomar en cuenta las siguientes acciones:

  • Brindar asesorías personalizadas a los estudiantes con bajas calificaciones o que no han obtenido las competencias esperadas
  • Prestar atención a la organización del tiempo, a los hábitos saludables y al cuidado del sueño 
  • Realizar pausas activas. DAES brinda, a través de su Oficina de Actividad Física y Deporte, el acompañamiento de entrenadores que van a los salones para animar a los estudiantes al control de sus emociones en sesiones de 15 minutos.

Cabe indicar que la DAES también brinda talleres que ayudan a mejorar a los estudiantes en sus habilidades para rendir pruebas orales o escritas. Se pueden requerir en la Oficina de Bienestar de cada facultad. 

 Pero ¿qué debe hacer el docente si nota que el estudiante decae emocionalmente? Miriam Mejía, jefa de la Oficina de Bienestar Psicológico de la DAES, señala que un punto de inicio es ver al alumno como un ser integral que necesita encontrar motivación.

“A veces, el mismo profesor recomienda solo estudiar o dejar las actividades recreativas, la vida social, los deportes en época de exámenes, pero es en este periodo en el que muchos recurren a la actividad física para descargar el estrés y rendir mejor”, comenta.

Mejía cree que la retroalimentación debe empezar por los aspectos positivos y señalar los aciertos. A través de los reconocimientos -remarca- se puede establecer una relación de empatía y si se señala la oportunidad de mejora y qué herramientas lo van a ayudar, se contribuye al fortalecimiento de la autoconfianza y autoeficacia del estudiante.

Es muy importante que el docente sepa que con este acompañamiento está fortaleciendo a un estudiante y a un futuro profesional. No está invadiendo algún espacio personal”.

Miriam Mejía

Jefa de la Oficina de Bienestar Psicológico de la DAES