PUCP 2022: los retos pedagógicos que acompañan el retorno presencial a las aulas
El uso de la tecnología para la enseñanza y el aprendizaje va más allá de la educación virtual de los últimos dos años: hay una serie de alternativas entre los formatos presenciales y semipresenciales. La aplicación de diversas combinaciones para formar a nuestros alumnos precisa recoger las mejores prácticas.
El retorno progresivo y seguro a la PUCP, que se está concretando desde este primer semestre del año, deja ver también importantes retos de cara al futuro inmediato: ¿cuál es la fórmula ideal de enseñanza en este contexto de vuelta a la normalidad? O, en todo caso, ¿cuáles son las alternativas pedagógicas más eficientes, en estos momentos, para asegurar los aprendizajes? ¿Qué es lo que se está ofreciendo en el mercado universitario hoy?
Por ahora son varios los escenarios a tomar en cuenta para los próximos meses e incluso para el 2023. Hay varios factores en juego y, por esa razón, es necesario que dentro de las facultades se dialogue, discuta y se coordine cuáles serán las combinaciones más adecuadas para la formación y los aprendizajes de sus estudiantes.
Ese ejercicio se acaba de iniciar la semana pasada en el taller “Pensar en el futuro de la formación: modalidades presencial y semipresencial”, organizado por el Vicerrectorado Académico, dirigido a decanos, jefes de departamento, directores de estudios y directores de carrera de nuestras facultades.
Durante esta reunión, se pusieron sobre la mesa varios temas de interés sobre las distintas modalidades que podrían ser aplicadas en nuestra Universidad, las experiencias que podemos recoger de otras universidades y, sobre todo, la mirada que tienen al respecto los estudiantes PUCP, tras dos años de educación virtual y en el contexto de la emergencia sanitaria.
Es importante que empecemos este diálogo y que tomemos las decisiones más convenientes para garantizar una formación integral y de excelencia que recoja las lecciones aprendidas”.
Cristina Del Mastro
Vicerrectora académica de la PUCP
En esa línea, la Dra. Cristina Del Mastro, vicerrectora académica, explica que – dentro de este proceso de retorno seguro- nos encontramos en una fase en la que se busca aumentar significativamente las actividades presenciales, pero también empezar a pensar en el futuro de nuestra formación en el marco de la normativa de la Sunedu.
“Podemos mantenernos en una modalidad presencial y, eventualmente, seleccionar algunas actividades o cursos con un porcentaje de virtualidad que nos lleven a un máximo del 20% o también pueden haber algunas carreras y, sobre todo, programas de posgrado que inicien el proceso de revisión curricular para ofrecer sus cursos en modalidades semipresenciales o virtuales, de acuerdo con la Sunedu”, destaca Del Mastro. Con miras a ese objetivo, ¿qué consideraciones no se deben perder de vista?
Transformación educativa
Para ahondar en ello, el experto en innovación educativa Álvaro Galvis, quien es profesor titular de la Universidad de los Andes (Colombia), compartió con el taller de docentes de la PUCP, la semana pasada, algunas de las experiencias que han vivido en su casa de estudios durante la emergencia sanitaria y, por supuesto, nos contó cómo es que van lidiando con su propia vuelta a la presencialidad.
“Lo primero es que la tecnología nos demuestra que podemos llegar a entornos que superan el alcance de un aula virtual”, señala Galvis, y con esa antesala continúa explicándonos que hay varias maneras eficientes de llevar adelante la enseñanza con el uso pedagógico y flexible de la tecnología.
Las clases pueden llevarse de forma individual o grupal, pueden hacerse en formato presencial o semipresencial y pueden centrarse en el profesor o, más bien, en el estudiante”.
Álvaro Galvis
Profesor titular de la Universidad de los Andes (Colombia)
Para muestra, un botón. “Tomemos, por ejemplo, el caso de la llamada pedagogía invertida, es decir, que el estudiante sea el centro del proceso y que la construcción del conocimiento no solo sea producto de la actividad individual, sino por acción colaborativa o por la actividad exploratoria de otros entornos además de la propia aula de clase. Yo puedo pensar que haya cambios pedagógicos mediados por la tecnología que permitan la producción activa de conocimiento”, destaca Galvis.
Pregrado y posgrado, ¿qué demandan?
Como parte de este taller, las autoridades trabajaron en equipos a fin de reflexionar, -a partir de su experiencia, el nivel en el que se brindan las carreras y la naturaleza de sus disciplinas- cuáles serían las modalidades más adecuadas para los cursos y actividades que ofrecen.
Con esta dinámica, el VRAC busca que este sea un primer paso para que las facultades puedan hacer este análisis y determinen las mejores alternativas para la formación en cada carrera o programa. A propósito, Del Mastro indicó que en caso de que alguna carrera cuente con actividades o cursos semipresenciales o virtuales que superen el 20% del total de su plan de estudios de cara al 2023 tendrá que prepararse para el proceso de licenciamiento.
El panorama entre los alumnos
En dicho contexto, la Dirección Académica de Planeamiento y Evaluación (DAPE) ha elaborado un sondeo para recoger lo que piensan los estudiantes y docentes de nuestra Universidad.
Ledda Narváez, jefa de la Unidad de Estudios Estratégicos de la DAPE, refiere que el interés por volver de forma presencial al campus es, en principio, distinto según la experiencia universitaria de los estudiantes consultados.
Aquellos universitarios que tienen dos años o menos en la PUCP, es decir, quienes no han experimentado la presencialidad, muestran gran expectativa por acudir al campus y hacer la vida universitaria, no solo las actividades curriculares, sino la socialización en el entorno de la PUCP, especialmente”.
Ledda Narváez
Jefa de la Unidad de Estudios Estratégicos de la DAPE
Difieren al respecto aquellos universitarios que ya han experimentado esa vida PUCP antes de la pandemia, quienes están ahora más interesados por mantener los beneficios de la virtualidad, y el ahorro en tiempo y presupuesto que viene con ello.
“Sus expectativas de socialización están enfocadas más en el entorno laboral”, explica Narváez. Y continúa señalando que se pueden establecer también distintas percepciones si el análisis se hace por rama de estudio (humanidades o ciencias) o por la conveniencia de valerse de los recursos que brinda la Universidad, como quienes prefieren asistir a los talleres de arte o a los laboratorios.
En breve, este estudio recogerá la opinión de los estudiantes de posgrado y los docentes de nuestra Universidad para elaborar un balance de lo vivido en estos últimos dos años.
Todo esto hay que tomar en cuenta para ir definiendo las modalidades de formación y ofrecer una formación de excelencia que asegure el aprendizaje de los estudiantes, considerando los retos de estos tiempos.