Las aulas híbridas, un avance para la experiencia universitaria
El semestre 2022-1 trajo el desafío del retorno progresivo del dictado de clases en el campus en aulas híbridas. Alumnos y profesores se reencontraron en estos espacios diseñados para sostener los estándares de una educación de calidad. Aquí mostramos cómo van atravesando esta experiencia.
A fines del año pasado, cuando la Universidad abrió la posibilidad de realizar algunas clases en modalidad híbrida para el semestre 2022 -1, los profesores Luis Landa (Estudios Generales Letras) y Cecilia Gaita (Estudios Generales Ciencias) no dudaron en anotarse para asumir el reto.
Próximos a culminar el cursado de este ciclo, ambos docentes y sus alumnos evalúan la experiencia de este formato, que trajo consigo el retorno progresivo a las aulas. En esta modalidad, un grupo de estudiantes tiene la opción de asistir físicamente a un espacio acondicionado con micrófonos, pantallas digitales y cámaras. Estos dispositivos permiten que el resto de compañeros pueda seguir y participar sincrónicamente en la clase de forma remota.
Los involucrados destacan los avances y plantean algunos desafíos para fortalecer la propuesta educativa en los nuevos tiempos.
Literatura en modalidad híbrida
“Sabiendo que en algún momento volveremos a la presencialidad, me animé a dictar en aulas híbridas ya que me parece que es el camino para salir de lo virtual de una manera amigable”, refiere Landa, al término de una de sus clases de Literatura Actual.
En dos horas explicando sobre la disposición de la lírica y hurgando en definiciones sobre prosa, versos y estrofas, la participación no fue exclusiva de los alumnos presentes en el salón. Muchas preguntas vinieron de los 30 estudiantes que siguieron la clase vía remota.
Me sentí un poco desubicado en las primeras clases. Estaba pendiente si Mireya (asistenta) estaba presentando las diapositivas, les dije a los chicos que debían tenerme paciencia. Pero todo fluyó rápido. La relación con los que están en presencial y virtual es fluida”.
Luis Landa
Profesor de Estudios Generales Letras
Los alumnos son los más entusiastas con la posibilidad de retornar al campus. La alumna Belén Chocano destaca que el profesor Landa no descuida en absoluto las intervenciones de sus compañeros conectados vía virtual y que usa la plataforma Paideia para colocar los contenidos. “En nuestra clase hemos logrado que las personas desde sus casas participen naturalmente y resuelvan también sus dudas”, refiere.
Julio Vásquez Salinas, otro alumno de la clase, destaca las fortalezas de la presencialidad en esta aula híbrida. “Se cumplieron las expectativas que tenía al anotarme. Muchos optamos por venir porque te puedes concentrar mejor en el aula. No tienes distracción. Hay una mayor atención al profesor”, anota.
Para el docente Luis Landa, el formato híbrido podría, con el tiempo, ser una buena opción para estudiantes radicados en provincias o personas interesadas en formaciones específicas y que no pueden trasladarse hasta el campus. Eso sí, remarca que el retorno paulatino a la presencialidad le ha permitido revivir muchas emociones.
“Que los alumnos se acerquen al final a hablar no sucede en lo virtual y se pierde mucho, porque esas preguntas son muy válidas. Hay actividades que los ayudan a reflexionar sobre los contenidos. Vamos recuperando. Volver a la presencialidad es volver a la experiencia universitaria”, señala.
Dos formas complementarias de aprender ciencias
La profesora Cecilia Gaita conduce su clase de Cálculo Integral con naturalidad. Fija la cámara en la pizarra digital para que nadie pierda detalle, modula el micrófono para que no haya ningún problema en la transmisión.
Considera que el manejo técnico es un punto importante para el correcto funcionamiento de esta modalidad. En ese sentido, la docente de Cálculo Integral destaca el plan piloto que se ejecutó meses atrás para el manejo de las aulas híbridas.
Las pruebas piloto fueron útiles. Los profesores, al estar confiados en el manejo de los equipos, ya pueden concentrarse mejor en los contenidos de cada clase”.
Cecilia Gaita
Profesora de Estudio Generales Ciencias
Los alumnos presentes en el aula consideran que los que optan por la vía remota (la mitad del salón aproximadamente) generalmente lo hacen por temas de distancias y tiempo de traslado desde su casa al campus.
“De todos modos, algunos hacemos el esfuerzo por venir porque las clases presenciales son más dinámicas, divertidas y porque tenemos los recursos en la Universidad, podemos entrar a la biblioteca y se estudia bien ahí”, señala Mateo Martínez, estudiante de este curso de EE.GG.CC.
Sus compañeros resaltan las oportunidades surgidas con este formato, que incluye al modo virtual. “Que las clases queden grabadas nos ayuda muchísimo para poder revisarlas y estudiar. Sí nos parece importante que se retome la presencialidad en los laboratorios, ya que ahora trabajamos con simuladores”, menciona el también estudiante Salvador Pizarro.
Gaita suscribe esta petición. En este progresivo retorno a la presencialidad, considera necesario mantener las grabaciones de las clases, ya que también ayuda a los alumnos que no pudieron conectarse o asistir. Para ella, en la enseñanza a los alumnos de pregrado, debe enfatizarse lo presencial, dado que están atravesando una etapa formativa inicial.
“Lo virtual debe ser un complemento. Que vengan al campus también permite la interacción entre ellos mismos. Estudian en grupos, se explican en su lenguaje, se gana muchísimo. Con el formato híbrido, vamos recuperando eso”, refiere.