Integridad académica: 3 casos de evaluaciones innovadoras para prevenir el plagio
Durante la pandemia, muchos docentes PUCP pusieron en práctica nuevas maneras de evaluar a sus estudiantes y evitar, así, que incurran en faltas a la integridad académica. Aquí presentamos algunas de estas experiencias.
El plagio es una práctica que perjudica a toda la comunidad universitaria. En primer lugar al propio alumno, pues no le permite conocer cuánto ha aprendido. Asimismo, el docente no puede saber realmente de qué manera sus estudiantes están asimilando los conocimientos. En un plano más general, la propia Universidad se ve afectada en cuanto a la calidad de su formación, las posibilidades de gestión de nuevo conocimiento y, en casos extremos, su prestigio.
Desde la PUCP, buscamos que nuestros estudiantes desarrollen el pensamiento crítico y la reflexión. En ese sentido, las evaluaciones deben orientarse no solo a evaluar los conocimientos adquiridos, sino más bien a evidenciar el proceso de análisis y aplicación de estos conocimientos a nuevos entornos y realidades. De este modo, no solo se favorece la práctica de la integridad académica, también se impulsa un ambiente de aprendizaje que contribuye a una formación integral.
Es por ello que nuestros docentes PUCP muestran su creatividad e innovación al implementar buenas prácticas de evaluación a fin de prevenir la posibilidad de que los alumnos incurran en faltas a la integridad académica. Aquí te presentamos tres experiencias de ello.
El portafolio digital como evidencia de aprendizaje del curso
La Mag. Patricia Escobar evalúa a sus alumnos de las maestrías en Educación y en Docencia Universitaria a través de la elaboración de un portafolio que recoge las evidencias de aprendizaje a lo largo del ciclo. Este original tipo de evaluación se empezó a aplicar de manera presencial y luego, durante la pandemia, se volcó a la virtualidad utilizando herramientas como Google Slides y Wix. En el ciclo actual, comenta que se sigue realizando de modo digital.
Debido a que el portafolio se va construyendo poco a poco y cada evidencia pasa por una reflexión del estudiante, Escobar considera que es muy difícil que un alumno se pueda copiar de otro. «Para evitar el plagio, hay que tener estrategias diferentes de evaluación a los estudiantes», resalta.
Soy partidaria de realizar una evaluación continua a lo largo del curso en vez de un examen puntual en una semana específica. Precisamente, el portafolio es una evaluación progresiva. Además, mis alumnos -que son profesores o jefes de práctica- pueden aplicar también este tipo de evaluación a sus propios estudiantes con las adaptaciones correspondientes”.
Mag. Patricia Escobar
Docente del D.A. en Educación
Evaluación asincrónica
Desde hace varios años, la Mag. Augusta Osorio enseña el curso de Estadística Aplicada en distintas facultades. Su evaluación siempre consistía en un único examen final. Sin embargo, cuando llegó la pandemia, se dio cuenta de que no tenía sentido realizar un examen de 3 horas a distancia.
Por supuesto, no solo su forma de evaluar cambió en estos últimos ciclos sino también la forma de enseñar. “El curso que dicto en la Especialidad de Hotelería y Turismo se volvió muy analítico. Ya no se trataba de trabajar los casos con la finalidad de emplear el proceso estadístico, sino se concentró en el contexto, establecer la problemática y diseñar la muestra”, sostiene.
Por ello, empezó a aplicar un examen asincrónico que consistía en darle un caso a un grupo -aunque con variaciones para cada alumno- con un plazo de 3 días de entrega. “La experiencia ha sido satisfactoria y considero que previene el plagio. En la actual clase presencial, voy a seguir usando un examen asincrónico”, precisa.
Al evaluar a mis alumnos a través de un caso, tengo la seguridad de que no podrán tener respuestas iguales pues cada uno tiene su propio punto de vista y análisis. En ese sentido, es muy fácil notar si alguien intenta copiar”.
Mag. Augusta Osorio
Docente del D.A. de Ciencias
Elaboración de preguntas equivalentes
¿Cómo hacer una evaluación personalizada? El profesor Mag. Marco Solórzano ideó una manera creativa e innovadora que aplicó en su curso de Matemáticas en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo. A partir de un banco de preguntas, elaboró un cuestionario único que debe resolver el estudiante.
Debido a que la selección de preguntas es aleatoria, dos estudiantes no tienen el mismo cuestionario. Esta forma de trabajo desalienta la falta de preparación por parte del estudiante y lo obliga a rendir su cuestionario con algunos requisitos mínimos”.
Mag. Marco Solórzano
Docente del D.A. de Ciencias
El profesor señala que este banco de preguntas cuenta con ejercicios que pueden ser reutilizados y también modificarse para generar otros. Asimismo, al ser preguntas de distintas categorías, el docente puede seleccionar aquellas habilidades que desea evaluar. “Una buena idea sería armar un cuestionario en Paideia que les permita a nuestros estudiantes practicar ejercicios y, al finalizarlos, recibir una retroalimentación. Incluso podrían volver a practicar con otro enunciado o datos cambiados”, enfatiza.